dimarts, 14 d’abril del 2015

La punta del iceberg: diferencias de percepción


Una situación que se repite frecuentemente en la consulta de comportamiento canino es la divergencia entre los problemas de comportamiento que percibe una familia por parte de su perro respecto a los problemas reales que existen. Cuando empecé a estudiar comportamiento animal lo llamaban "la punta del iceberg", puesto que se entiende que los problemas por los que decidimos acudir a un profesional acaban siendo una pequeña parte de lo que irá saliendo una vez se explore el caso. De hecho, lo que pasa normalmente es una focalización en un problema, dejando de lado otras señales importantes de falta de bienestar u otros problemas que afectan a otras personas o animales. 

                                    


También es frecuente ver como una vez una familia decide dar el paso, el beneficio puede muy importante para todos ellos, mejorando aspectos de sus vidas que no hubieran imaginado antes. He tenido clientes que se han sorprendido enormemente de nuevos comportamientos de su mejor amigo, de su capacidad de aprendizaje, del cambio tras sólo iniciar una nueva manera de comunicarse. Por otro lado, también he encontrado muchas personas que han ido dejando pasar el tiempo y, cuando ya ha sido tarde, han querido volver atrás sin ser del todo posible. A todas esas personas les diría que, al menos, lo intenten con el optimismo que su mejor amigo se merece antes de tirar la toalla y que empiecen de la manera que mejor les haga sentir. 

                                   
Ideas comunes sobre la educación de nuestros perros: 

- Estoy demasiado ocupado para dedicar tiempo a su educación: Realmente, el tiempo que creemos tendremos que dedicar a ello es probable que sea mayor del que finalmente será necesario. 

- Si no me gasto muchísimo dinero no puedo cambiar nada: Es cierto que deberemos tener en cuenta una pequeña inversión económica, pero será importante valorar cuánto me cuestan también las consecuencias de la situación actual. Si funciona el trabajo realizado, puede valer muchísimo la pena. 

- No tiene solución, es un caso a parte: Muchas veces pensamos que nos ha tocado el perro más especial del mundo, pero nunca hay que tirar la toalla. 

Otras ideas que nos llevan a la inactividad: 

- Nunca podré tener un perro normal
- Sólo yo entiendo a mi perro
- Como ya no es un cachorro no puedo hacer nada para que aprenda
- Si no hay dolor no hay aprendizaje 


Necesitas saber si estás haciendo bien sobre algunos comportamientos de tu perro? Tienes dudas sobre si os encontráis ante un problema de comportamiento importante o no? 

Te animamos a escribirnos! Podemos ayudarte! 

silvia@indicans.cat 



dimarts, 7 d’abril del 2015

Dudas ante un problema de comportamiento... y también dudas ante su solución.

Como muchos ya sabréis por haber tenido que pasar de un profesional a otro, en algunos casos escuchando explicaciones divergentes sobre un mismo hecho y recibiendo consejos diversos sobre cómo afrontar un problema hay algo que está claro: en el ámbito del comportamiento aún no existe un consenso suficientemente amplio como para que todos los profesionales vayamos a una. Sucede en salud mental humana... ¡no sucederá en educación canina! 


¿Cuál puede ser una solución para salir de este "cacao" cuando tenemos un problema con nuestro perro o simplemente queremos aprender a comunicarnos con él de forma que podamos prevenir nosotros mismos muchos de los problemas más frecuentes? 

1) Tener claro lo que queremos, cuáles son nuestros objetivos. 

2) Tener una idea de qué tipo de métodos existen y cuál de ellos queremos usar.  

3) Plantearnos qué emociones nos provocan a mí mismo y a mi familia las diversas maneras de trabajar: ¿seré capaz de aplicar técnicas que causen dolor a mi perro? ¿disfrutaré con el entrenamiento a base de coacción? ¿me aseguraré de que su bienestar físico y psicológico está garantizado? ¿escogeré la manera que más respete el vínculo que tengo con mi perro? 

4) Ser realistas. No hay panaceas, aunque algunos métodos son más eficaces a largo plazo que otros. Lo que sí es necesaria es una implicación y un compromiso por parte de la familia que solicita un servicio profesional. 

5) Preguntar, preguntar y preguntar todo lo que necesitemos hasta que estemos satisfechos. 


Antes de contratar a un profesional del comportamiento canino, te recomiendo que preguntes sobre su formación, su experiencia, sus métodos de trabajo, pidas referencias bibliográficas (actualizadas) que te pueda recomendar... 

Últimamente veo en las redes sociales un sinfín de debates abiertos sobre temas de educación canina, salud y bienestar animal. Lo que percibo en muchas ocasiones son opiniones sesgadas basadas en experiencias personales o creencias. Se entiende que es una época en la que hemos vuelto al "me lo hago yo, que no hay dinero" pero en algunos casos una intervención efectiva en un momento puntual nos ayuda a disfrutar de la convivencia con nuestro perro durante muchos años más. Para eso estamos los profesionales ;) 

¿Tienes dudas sobre si necesitas o no un educador canino en casa? 

Escríbenos a: silvia@indicans.cat y valoraremos tu caso.